martes, octubre 31, 2006

Principios

Consiento

Debo morir. Y sin embargo, nada
muere, porque nada
tiene fe suficiente
para poder morir.

No muere el día,
pasa;
ni una rosa,
se apaga;
resbala el sol,
no muere.

Sólo yo que he tocado
el sol, la rosa, el día,
y he creído,
soy capaz de morir.


José Ángel Valente, “A modo de esperanza” (1953-1954)

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